jueves, 11 de noviembre de 2010

Movimientos Literarios- Realismo & Parnasianismo

El realismo

Este movimiento literario aparece en la segunda mitad del siglo XIX, como consecuencia de las circunstancias sociales de la época: la consolidación de la burguesía como clase dominante, la industrialización, el crecimiento urbano y la aparición del proletariado.
Las características básicas del Realismo literario son:
·         Eliminación de todo aspecto subjetivo, hechos fantásticos o sentimientos que se alejen de lo real.
·         Análisis riguroso de la realidad. El escritor nos ofrece un retrato riguroso de lo que observa.
·         Los problemas de la existencia humana, componen el tema fundamental de la novela realista; ésa es la consecuencia del sumo interés por la descripción del carácter, temperamento y conducta de los personajes.
·         Surge un tipo de novela en la que se analizan minuciosamente las motivaciones de los personajes y las costumbres.
·         El novelista denuncia los defectos y males que afectan a la sociedad y ofrece al lector soluciones para detenerlos. Cada autor, según sus ideas, muestra lo que para él es un mal de la sociedad.
Juan Valera
Nació en Cabra (Córdoba) en 1824, hijo de una familia noble. Estudió Derecho e ingresó en el cuerpo diplomático, desempeñando diferentes misiones en varios países europeos y americanos. Fue miembro de la Real Academia Española. Comenzó a escribir cuando ya tenía cincuenta años. Murió en Madrid en 1905.
Fue un hombre culto y refinado, de espíritu equilibrado y libre. Su inteligencia y fino sentido estético se manifiestan en su labor como crítico y en su estilo correcto, fluido y elegante; aunque, a veces, adolece de vigor y calor humano.
Su primera obra fue Pepita Jiménez en la que un joven seminarista conoce a una mujer con la que su padre, que es viudo, piensa casarse. El joven va enamorándose poco a poco de ella y, tras largas luchas interiores entre su vocación religiosa y su amor, triunfa el último.
También escribió El Comendador Mendoza, Doña Luz, y una de sus mejores novelas, Juanita la Larga, cuando tenía setenta años.
Doña Luz (Novela)
En esta obra admirable, Valera nos relata la historia de Doña Luz, hija del marqués de Villafría. De procedencia algo dudosa por parte de madre y, sin embargo, reconocida por el marqués, cuando niña, la pequeña Luz vivió en distintos hogares. Al morir el marqués, confía a su hija, a la sazón de 15 años, al cuidado de su administrador Don Acisclo. El hombre cuida bien a Doña Luz, quien permanece en el pueblo llevando una vida ejemplar y haciéndose querer por todo el mundo, pero desdeñando a cualquier posible pretendiente.
Alrededor de nuestra heroína giran las vidas de otros personajes muy interesantes y tan bien retratados como la protagonista: doña Manolita, la hija del médico, y su esposo Pepe Güeto, el cura don Miguel, el médico don Anselmo y don Acisclo.
El Parnasianismo
El Parnaso no fue simplemente una simple reacción contra el exagerado libertinaje romántico, sino una desviación del último Romanticismo, pintoresco y artificioso. Más adelante se afianzó contraponiéndose también al realismo y al naturalismo, así como a la manera desordenada, patética y soez como hacían ver estas escuelas el mundo. De esta manera se inauguró un arte reglamentario basado en la doctrina del ARTE POR EL ARTE, buscando la perfección formal en medio del abuso de los contenidos.
Orígenes del parnasianismo
Esta escuela,  evolucionó del último romanticismo expuesto primeramente por Victor Hugo en sus Orientales; pero fue hasta 1860 cuando tuvo reconocimiento al lanzar Théophile Gautier, quien fuera en sus inicios romántico, un escrito en que alababa el arte como modelo para otras artes y la belleza clásica regida por los cánones de simetría, equilibrio y perfección. El nombre de la escuela se le dio en asimilación al nombre de una revista que un grupo de poetas sacaba periódicamente titulada "Le parnasse contemporaine".
En FRANCIA, los principales exponentes del parnasianismo fueron: Leconte de Lisle, Théophile Gautier, Théodore de Banville, José María de Héredia, Françcois Coppée, Anatole France, Louise Ackermann, Jean Richepin, Gabriel Vicaire, Jena Lahor, Sully de Prudhome, Léon Dierx, Louis Ménard, Charles Baudelaire, Catulle Mendès. La mayoría de estos autores parnasianos, posteriormente, transformaron su estilo y cayeron, ya en el simbolismo, ya en el decadentismo.
Características generales del parnasianismo
1) Sostuvieron la teoría del ARTE POR EL ARTE, donde éste no es un medio sino el fin y no está supeditado ni a la moral, ni a la sociedad y menos a la política. La creación literaria parte de las modalidades básicas del arte que son: la música, el teatro, la danza, el cine y las otras creaciones literaturizadas. Hay una conjunción creativa llamada reunión de las nueve Musas, de aquí que las descripciones artísticas sea lo primordial en un texto parnasiano.


2) Consideraban que la poesía (género privilegiado) tenía que ser objetiva e impersonal, idea que conlleva a la impasibilidad y la olímpica serenidad que preconizaban. Esto lo lograron sustituyendo el exagerado lirismo romántico por las frías, rígidas y hiératicas formas clásicas de la poesía grecolatina y atendiendo a la perfección artística y al rigor en las leyes de la versificación.
3) Se preocuparon por pintar la realidad exterior con precisión transportando a sus creaciones monumentos, frescos, estatuas y toda clase de ornamentos y suntuosos decorados, pero no en el sentido utilitario, moralista o socialista en que habían degenerado las otras poéticas posrománticas, sino con un fin puramente artístico y estético.
4) Al supeditar el fondo a la forma, transformaron la poesía en un cuadro de descripciones preciosistas que, en última instancia, no expresaban más que la frialdad misma de la estatuaria marmórea que les servía de modelo.
5) Para los parnasianos, el mundo o la naturaleza es un simple escenario para describir o ubicar la sensibilidad poética, pero una naturaleza artificial, arcádica, bucólica, donde se conjugan lo apacible con lo artificial, lo real con lo imaginario.
José María de Héredia
En 1851, a la edad de nueve años, se embarcó para Francia, para continuar sus estudios en el colegio Saint Vincent de Senlis, donde permanece hasta completar su bachillerato. Fue un alumno brillante y muy apreciado. Poco antes de regresar a Cuba, descubrió la obra de Leconte de Lisle, obra que le dejó una profunda impresión.
Luego de su regreso a Cuba, en junio de 1859, pasa un año en La Habana, profundizando sus conocimientos de la lengua española y su literatura con la intensión de seguir eventualmente la carrera de Derecho. Es durante este período que escribe sus primeros poemas conocidos en francés.
Pero no se adapta al ambiente de trabajo de La Habana y decide regresar a Francia, sobre todo porque no se le reconocía, por razones administrativas, el bachillerato cursado en Francia. En 1861, a la edad de 18 años, regresa a Francia acompañado de su madre que, habiendo quedado viuda y con sus tres hijas mayores casadas, decide hacer el viaje para cuidar ella misma de la educación de su hijo. En octubre de ese mismo año, se inscribe en la Facultad de Derecho de París. Al mismo tiempo sigue, a título de estrangero, los cursos de l'École des Chartes de 1862 a 1865 donde fue un estudiante brillante.
Con raíces cubanas y normandas, escoge escribir en francés y comienza a escribir poemas muy influenciados por la escuela parnasiana. Publica sus primeras obras en diversas revistas, una de las cuales Parnasse contemporain de Leconte de Lisle. Además colabora con la Revue des Deux Mondes, el Temps y el Journal des Débats.
José María de Heredia fue reconocido rápidamente como un poeta talentoso, a pesar de la escasez de sus publicaciones. En 1893, reune 118 sonetos en Les Trophées(Los Trofeos). Las cuatro primeras partes de esa colección tratan de la historia mundial desde los tiempos helénicos hasta el Renacimiento, y la última, de la naturaleza y de sueños.
Fiel a la doctrina parnasiana, Heredia laboró hasta la perfección la forma de sus sonetos (duró más de treinta años en pulirlos), y la temática obligada de historia, leyendas y naturaleza era propicia para descripciones que eran a la vez ejercicios de estilo. En todos sus poemas, Heredia presenta los acontecimientos dramáticos con exactitud, evitando todo comentario personal y toda implicación filosófica. Maestro incontestable del soneto francés, su poder sugestivo es intenso.
En prosa, escribió una traducción al francés de la "Historia Verídica de la Conquista de Nueva España", de Bernal Díaz del Castillo (3 volúmenes, 1877-1878), al que le dedicó diez años de trabajo, y también la "Historia de la Monja Alfére", memorias de Catalina de Erauso, en 1894.
Oficial de la Legión de Honor, fue elegido a la Academia Francesa el 22 de febrero de 1894 para el sillón 4 en reemplazo de Charles de Mazade. José María de Heredia fue también miembro de la Comisión del Diccionario, conservador de la biblioteca del Arsenal y secretario de embajada.
José María de Heredia, lo mismo que numerosos poetas parnasianos y pintores, visitaba frecuentemente la Abadía de Blanche-Couronne. Esta abadía inspiraba a esos poetas lo mismo que a la hija primogénita de Heredia, Marie Louise (conocida en literatura bajo el pseudónimo de Gérard d'Houville). En 1867, se casó con Louise-Cécile Despaigne, nacida en Santiago de Cuba, con la que tuvo tres hijas: Hélène (1871-1953), Marie-Loise (1875-1963] –poeta y novelista bajo el pseudónimo de Gérard d'Houville– y Louise (1878-1930).
Falleció el 2 de octubre de 1905 en el Castillo de Bourdonné (cerca de Houdan), Francia, y fue enterrado en el cementerio de Bonsecours donde ya reposaba su madre desde 1897.
De su obra, solamente presentamos algunos sonetos de Les Trophées, en francés:
·         A Claudius Popelin
·         Andromède au Monstre
·         Antoine et Cléopâtre
·         Après Cannes
·         L'exilée
·         Les conquérants
·         Le ravissement d'Andromède
·         Le récif de corail
·         Le tepidarium
·         Le tombeau du conquérant
·         Mer montante
·         Persée et Andromède



No hay comentarios:

Publicar un comentario